martes, 15 de febrero de 2011

Sigh



Una oportunidad estupenda, un proyecto muy similar a otro recién concluido, igualmente interesante, más cómodo por lo cercano y el conocimiento del entorno. Suena demasiado bueno para ser verdad. Pero son tantas las ganas y tan pocos los proyectos que allá vamos, a tomar datos, a sentir el lugar y a intentar comprender nuestra suerte.

En dos visitas la cabeza se nos llena de imágenes, la mano se va a cualquier trozo de papel que encuentre acerca, servilleta, periódico… por la noche se nos ocurren muchas ideas, algunas sobreviven a la mañana siguiente, otras son demasiado locas y se quedan en el mundo subconsciente.Ya nos vemos presentando propuestas, mostrando referencias, qué apetecible!

Y rápidamente lo que desde un principio nos pareció demasiado bueno para ser verdad resulta ser un castillo de naipes, y ni siquiera conocemos la baraja. Recogemos nuestras cosas, archivamos la información y volvemos al estudio.

Decepción, no resentimiento porque pensamos que quien nos llamó tampoco tenía todas las cartas, aunque de haber visto su jugada nos hubiésemos retirado antes.

Aún así qué alivio no habernos metido en un lío. Y qué bien comprobar que si la oportunidad llega las ideas la están esperando!