sábado, 8 de agosto de 2009

Lost in translation


Hace tres meses empezamos la dirección de una obra, con un proyecto redactado por unos compañeros. Durante la redacción del proyecto, como asistentes del Cliente final hemos tenido varias reuniones para hablar de costes, tema bien concreto y de otras materias más abstractas como la estética y la integración del edificio en su entorno, pero nunca se planteó la posibilidad de que nos pusiéramos la gorra de Dirección Facultativa.

Por razones ajenas a todos los técnicos involucrados en el proceso así es como hemos terminado, y después de un tiempo de rodaje y un buen susto por un error en obra, creo que ésta es una experiencia enormemente enriquecedora y que casi debía ser parte del aprendizaje del oficio.

Desde que me encargaron mi primer proyecto: una reforma de una joyería cuando aún estaba en la escuela, recuerdo que mi padre al ver los primeros bocetos y planos me dijo: “dibuja pensando que los planos los leerá otra persona, imagina que tú no estás en la obra y otro compañero tiene que materializar lo que tú has pensado.” Es uno de los mejores consejos profesionales que me ha dado y me sigue repitiendo, y aún así me temo que no hemos hecho un solo proyecto que, puesto en manos de un tercero, sea suficientemente completo como para no necesitar aclaraciones, ampliaciones y en muchos casos correcciones.

Desde que IKEA apareció en nuestras vidas nos hemos acostumbrado a llegar a nuestras casas con un paquete lleno de piezas y confiar en un folleto explicativo para que aquello llegue a ser un armario, una estantería o una silla. Casi todos hemos despotricado cuando después de seguir primorosamente las instrucciones, el armario FACTOTUM nos ha quedado cojo, los tiradores están dentro de los cajones y el tablero para anclarlo a la pared nos ha quedado del lado equivocado.

Probad alguna vez a leer un proyecto, ya no digo ajeno, sino vuestro, como si se tratara de un mueble de IKEA y tuvierais que montar las piezas. No sólo no sabréis donde va cada pieza sino que os faltarán cotas que permitan hacer un replanteo, echaréis de menos secciones y detalles de puntos clave. Si el proyecto es propio, con un poco de experiencia saldréis adelante improvisando y resolviendo sobre la marcha, si es ajeno la cosa se complica bastante, porque las soluciones suelen ser múltiples y el respeto a los compañeros redactores os hará dudar qué solución tenían en mente.

Un año más, a pocas semanas de iniciar la temporada hacemos el propósito de mejorar nuestros proyectos, por eso este año vamos todos a obra, es la mejor forma de ver todo lo que falta en nuestros documentos.

Y ahora me voy a ver si consigo averiguar para qué sirve una pantalla de hormigón que va de ningún sitio a ninguna parte y sobre la que parece ser que tenemos que recibir unos lavabos, espero que los compañeros tuvieran en mente una instalación vista, si no me veo dando instrucciones de rozar el hormigón.

1 comentario:

Unknown dijo...

soy el Colegiado 6.399 ( Luis López Esnaola 9 , Llevo 27 años colegiado , y todo mi afan ha sido siempre evitar ir al Ministerio COAM de Barquillo , que es lo que nuestra decana pretende ahora . La decana debe darse cuenta que es el unico servicio que nos dan y que no puede obligarnos a que sea donde ellos quieran , si no al contrario . Hay alguna manera de hacerle llegar esto a la Junta
( lle54@hotmail.com )