sábado, 18 de abril de 2009

Geología de una conversación


“Where are you from?” he said, - tan pronto como la azafata les sirvió las bebidas y empujó el carrito hacia la siguiente fila. Ella se había quitado los auriculares, que llevaba desde el principio del vuelo, para pedir un zumo y un vaso de agua. Los había dejado colgando de su cuello y se podían oir unas notas suaves, jazz o soul. Estaba leyendo un libro de Henry James en inglés.

“Madrid, Spain”, she said briefly – sin siquiera devolver el consabido y esperado “and you?” – estaba demasiado cansada para iniciar una conversación y quería volver a su música. Él había pedido vino blanco y manoseaba su Ipod, tenía unos auriculares enormes sobre el cuello de los que salía música disco.

“Spain! I am French but I live in Japan and I am going to Madrid, I am so excited! he responded back – sin darle tiempo a retomar el libro o la música. Ella pensó, “I wish you were tired instead”, pero le pudo la cortesía y le dijo que se alegraba por él y que seguramente le encantaría Madrid.

Tras un par de frases halagadoras sobre su buen inglés, que no esperaba de una española, él se lanzó a contarle su vida, se notaba que le parecía fascinante. A los dieciocho años se había marchado de París a New York, y desde hacía siete vivía en Tokio; tenía treinta. Era osteópata y la mayoría de sus pacientes eran mujeres. Ella intentó recordar qué era la osteopatía y si tenía algo que ver con la homeopatía o la acupuntura, aunque sonaba más a huesos. Notó la tensión en su espalda, después de dos días agotadores y un colchón demasiado blando y deseó no haberse quitado los auriculares.

“So, tell me about you”, what do you do for life? He asked, - después de un tiempo largo en el que ella aparentaba escuchar y le devolvía algún yes, do you?.

No le apetecía lo más mínimo hablar de su trabajo, tenía el libro entreabierto en las manos desde hacía rato y esperaba que él se cansara de hablar. Miró un rato el Ipod en silencio y levantó los ojos hasta los de él. “I am a singer”, she said, - al cabo de unos segundos, venía de un concierto en el Clyde Theatre Glasgow, y ahora volvía a casa después de una gira agotadora por Europa. Le contó cosas de las ciudades en las que había cantado, la reacción del público romano, la frialdad de Milán, el aburrimiento de Rótterdam y la cancelación del concierto en Berlín, en donde nunca había estado. El estaba entusiasmado, pensaba visitar todas esas ciudades, en realidad extrañaba Europa y quería hacer un recorrido, regresar a Japón a buscar sus cosas e instalarse precisamente en Berlín, lástima que no ella no pudiera contarle algo esa ciudad.
What can you recomend in Madrid?, he asked - ella le hizo un plano con los mejores locales de música en directo y salas de conciertos.

Cuando aterrizaban el le preguntó su nombre, “Eva” she said. Sólo llevaba una bolsa de mano y quería llegar pronto a la cola de los taxis pero le indicó dónde tenía que esperar su equipaje, se le veía un poco desamparado a pesar del sombrero y la bolsa Freitag de moderno cosmopolita . El le preguntó su apellido, “Have you got a card?” He asked - Eva le entregó una tarjeta, “Good bye and good luck," she said - y caminó ligera hacia la salida.

De camino a casa se preguntó qué sabría él de la Geología y si la confundiría con alguna otra ciencia. Su tarjeta decía que era Geóloga y regresaba de un seminario bastante aburrido en la universidad de Aberdeen. No conocía Roma ni Rótterdam, ni siquiera tenía buena voz.
En cuanto a él, seguro que le encantarían los bares de tapas que le había indicado en el plano.

2 comentarios:

Isadora re dijo...

me encantó!

deJuanarquitectura dijo...

Si en verdad hubiese sido Eva ,el relato hubiese acabado de otra forma...or not? who knows...Merci beacoup.