viernes, 13 de marzo de 2009

BOLONIA I


Ya es primavera, dejemos que la naturaleza se ocupe de las plantas y pongámonos con BOLONIA.

Empiezo reconociendo que hasta hace tres semanas Bolonia me parecía una preocupación de los universitarios, o en todo caso de los estudiantes. He tenido que hacer un curso en la Fundación COAM,
www.fundacioncoam.es para que, en el transcurso de una charla de recreo, me diese cuenta de que es algo que también afecta y mucho a los profesionales.

Esta circunstancia dice poco en mi favor ya que es lamentable no ocuparse de las preocupaciones de aquellos en cuyas manos está el futuro, y aún menos a favor de la capacidad de comunicación de nuestro Consejo y Colegios Profesionales, o del interés de la profesión en su futuro.

Existe una tendencia generalizada en España a pensar que como en nuestro país no se vive en ningún sitio, y que emigrar es cosa de pobres y/o desesperados; no hace tanto que lo fuimos, pero el olvido es rápido cuando la prosperidad acompaña. Esta creencia unida al poco interés por hablar otros idiomas y a la cantidad de trabajo en nuestro sector en los últimos años, contribuye a que no nos interese en absoluto la situación del oficio fuera de nuestras fronteras.

Sin embargo la tendencia a la globalización en una de sus vertientes positivas hace que las fronteras sean cada día mas permeables, y las estupendas Becas Erasmus ec.europa.eu/education/programmes/mundus/index_es.html hacen que la capacidad de exportación de profesionales sea mayor cada año. La curiosidad, la ambición o simplemente la inquietud llevarán a muchos arquitectos españoles ni pobres ni desesperados a salir a trabajar a otros países, en muchas ocasiones europeos.

Y según me contaron en la Fundación y me confirman mis colegas más jóvenes y las cartas de la Decana que he comenzado a leer, de aprobarse el borrador actual de Bolonia, los Arquitectos españoles tendremos la consideración de graduados, es decir el equivalente a unos estudios de tres años de duración.

No me parece oportuno entrar en consideraciones de si esto es justo o injusto, ya que no es muy diferente de lo que España hizo en los años noventa con nuestros colegas argentinos, que pasaron de una mera homologación administrativa a tener que repetir casi media carrera por una decisión política, sin que en sus planes de estudio se hubiera producido ningún cambio. Habéis leído bien: dos personas con la misma titulación y estudios eran considerados arquitecto o estudiante de arquitectura en función de la fecha de solicitud de convalidación del título: antes del 93-94 ARQUITECTO, después del 94, ESTUDIANTE.

Sin conocer bien las propuestas de Bolonia creo que deberíamos centrarnos no tanto en el nombre o título con el que se nos equipare sino en el reconocimiento de la calidad y cantidad de las materias aprendidas y por tanto de la competencia profesional, más allá de las designaciones.

Si nos quieren llamar ingenieros, porque la arquitectura parece estar ausente del lenguaje universitario de una gran mayoría de los países europeos, sea. En Italia existen unos técnicos con el hermoso título de Geómetras, imagino que no existirá una titulación equivalente en el resto de Europa y que por tanto perderán el nombre del oficio en cuanto crucen los Apeninos o los Alpes pero estoy segura de que el oficio irá con ellos.

Y me voy a dedicar a informarme antes de seguir con esta campaña. Una pregunta: alguien sabe cuál es la posición del Reino Unido respecto a Bolonia?

P.S. Gracias Gorka por tu comentario.

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