lunes, 6 de octubre de 2008

Percepción del arte y temporalidad: Miguel Aguirre

La semana pasada, entre los múltiples eventos a los que asistimos, estuvimos en una galería madrileña http://www.estiarte.com/ para conocer la obra de un artista joven: Miguel Aguirre, que nos había llamado la atención.

La exposición se llama “In Memoriam” y consta de dos partes.
La primera es “la continuación de la serie DD/MM, en la cual se tratan hechos violentos en distintas partes de Europa (...) Inicialmente tomadas mediante cámaras de video-vigilancia, vídeos caseros o capturas de vídeo con móviles que fluyen por Internet, son llevadas por nuestro artista al óleo sobre tela, copiadas fielmente”*. La segunda parte es “la serie que da título a la exposición, In Memoriam, como homenaje y recuerdo a las victimas del atentado del 11 de marzo de 2004 en Madrid con 22 pinturas sobre papel y una gran tela. El procedimiento del artista consiste, -primeramente- en aislar algunas de las fotografías de las víctimas enviadas por sus familiares que aparecieron en sendos dossieres realizados por los diarios El País y La Vanguardia (...) Entonces Miguel Aguirre copia al óleo sobre papel, respetando el formato del papel del periódico y eliminando el texto publicado que acompañaba a las fotos”*.

Desde la perspectiva de la temporalidad en la percepción, lo que llama la atención de la muestra es la capacidad de concretar, a través de la pintura, la relación por fases entre:

Actores – hecho
Soporte digital- espectador (primera plasmación del hecho)
Soporte impreso-espectador (segunda plasmación del hecho)
Pintura-espectador (tercera plasmación del hecho)

Los hechos que se ocurren en un tiempo real son llevados a la pantalla y a la prensa escrita convirtiéndolos en elementos del mass-media, con repeticiones innumerables. Sin embargo, su captación es efímera en cuanto el tiempo de contemplación lo es.
Su asimilación está más relacionada al continuo bombardeo de la imagen que a la reflexión detrás de la misma.

En este sentido, para nosotros, quizás el elemento más potente de esta muestra es la capacidad de detener en un proceso de quietismo una imagen que ha pasado por nuestros ojos varias veces.

El hecho de materializar concretamente una imagen y predestinarla a una actitud contemplativa recurrente, aún cuando desde el artista no se presente con una postura ideológica, congela y expande la temporalidad del hecho que representa detrás y la reflexión (o no) acerca del mismo. Ciertamente puede ser un nuevo desafío para la pintura como disciplina.



*Texto tomado de la nota de prensa de la galería. Obra: Miguel Aguirre.

Fuente de las fotografías: www.estiarte.com

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